¿Quieres adquirir una vivienda o propiedad y necesitas ayuda?
Si tienes en mente adquirir una propiedad, es decir, comprar una casa, pero necesitas una ayuda extra, deberías saber que existen una serie de ayudas como los préstamos bancarios, los cuales pueden ser hipotecarios o personales. Hoy nos vamos a centrar en el segundo, el préstamo personal.
Hoy en día la mayoría de los consumidores necesitan de estos servicios para poder adquirir una vivienda o propiedad en el menor tiempo posible. Es por eso que los bancos suelen financiar el 80% del importe de la vivienda con la hipoteca, por ello, para sufragar el 20% restante es posible solicitar un préstamo personal.
¿Qué es un préstamo personal?
Los préstamos personales son comunes para pagar los gastos debidos a la hipoteca y suelen representar el 10 – 15 % del valor de la propiedad adquirida (gastos como gestoría, notario, registro, tasación, etc.) Sin embargo, esto no es lo más recomendado ya que puede llevar a un sobreendeudamiento al tener que mantener la letra de la hipoteca y el préstamo personal. Por ello es mejor ahorrar entre un 20 – 30 % antes de adquirir una vivienda.
Es por eso que la mayoría de personas que acuden a este tipo de préstamos se debe a que la entidad financiera le ha denegado el préstamo hipotecario. En estos casos lo más conveniente sería analizar las causas y tratar de cambiar la situación.
¿Qué debo tener en cuenta si necesito solicitar un préstamo personal?
Si optas por esta opción debes saber que el importe máximo que las entidades suelen poner a deposición del cliente mediante este tipo de préstamo suele ser entre 50.000 y 70.000 euros.
- Los intereses. Los tipos que ofrecen los bancos en el caso de los préstamos hipotecarios (de tipo fijo o variable) serán siempre más bajos que los que ofrecen los personales. El Banco de España fija el tipo de interés medio para préstamos personales en un 7%.
- La amortización. Las cuotas mensuales son más elevadas y es por ello que nos obligará a devolver dinero en un menor margen de tiempo por lo que se reduce el plazo de amortización. Por tanto, conlleva un mayor riesgo de endeudamiento.
- Gastos de constitución. Estos gastos también hay que tenerlos en cuenta ya que son los gastos de constitución, como los gastos de apertura de hipoteca o la tasación, que elevan el coste de la financiación. En los préstamos personales sin embargo se reducen bastante.
En los préstamos personales el único coste de gestión será la intervención del notario (en torno al 0,3% del capital solicitado), más la suma de una comisión de apertura o cancelación anticipada. - Proceso agilizado. Ya que contratar un crédito personal es más rápido y sin tantos trámites administrativos.
- Embargo. Al solicitar un préstamo personal, si se produce un impago, el banco puede embargar nuestros bienes presentes y futuros. Caso contrario ocurre si solicitamos un préstamo hipotecario donde el banco puede embargar nuestros bienes junto con la propiedad que estamos pagando. Cabe destacar en este caso, el préstamo personal con garantía hipotecaria, en el que el cliente solicita un crédito para comprar una vivienda, y el banco, en caso de impago, ejercerá sus derechos.